Entradas

Gafas nuevas

El pasado miércoles cambié de gafas. Esta vez, a pesar de mis dioptrías, he conseguido por fin una buena oferta: por poco menos de trescientos euros me he llevado un par. Para quienes la naturaleza les ha dado un agudo sentido de la vista e ignoran por suerte los precios de las monturas y las lentes para altas graduaciones esta cantidad puede parecerles excesiva. Pero yo, miope desde los nueve o diez años, os aseguro que es una oferta cojonuda. Después de unos tres años con las mismas gafas empecé a ser consciente hace poco, aunque de manera sutil, de mi necesidad de arrugar los ojos para leer los subtítulos de una película o para percibir con claridad una señal de tráfico. Así que, aunque el desarrollo de este defecto ocular llevaba estancado unos años, mi nueva graduación me confirmó cómo mi estrecha y obligatoria relación con los libros me había regalado, además de un poco más de conocimiento, un par de dioptrías. Así, mi nueva y nítida visión del mundo desde hace un par d...

¿Dónde llevas los pinceles?

“¿Y dónde llevas los pinceles?” “¿Los pinceles?”, respondí algo confusa, y acto seguido comprendí lo que quería decir y sin que a ella le diera tiempo a responder de nuevo me expliqué mejor: “creo que te refieres a Bellas Artes. Yo hice Historia del Arte, así que estudio a quienes usan esos pinceles, entre otras muchas cosas”. Fue una respuesta bastante simple, e incluso errónea, pero me sirvió para salir del paso y para dejar claro lo más importante: que yo ni pinto, ni dibujo, ni esculpo y que, en definitiva, no soy artista ni tengo pensado serlo. Lo cierto es que no me lo tomé a mal, incluso me resultó gracioso, aunque supongo que no lo es. Quizá porque a lo que vengo estando acostumbrada es a otro tipo de afirmaciones y gestos mucho más contradictorios y molestos cuando por fin respondo a la habitual pregunta de: “oye, ¿y tú que has estudiado?”. Mi experiencia me ha permitido establecer tres posibles respuestas estándar: “¡qué bonito!”, “muy interesante, pero que poca salida tien...

Al mal tiempo, buena música

Imagen
Pocas sensaciones me gustan más que escuchar música y sentir como se me eriza cada pelo de los brazos. Aunque siempre me ha gustado mucho disfrutar en soledad de un buen tema, desde que vivo lejos de casa se ha convertido en mi pan de cada día. Llego de trabajar, enciendo el portátil, elijo la canción, me desplomo en la cama sin tan siquiera descalzarme y cierro los ojos. El siguiente paso es el de estirar los brazos y buscar con mis manos una compañía perruna inexistente que me hace sentir triste. Me resigno y le doy al play . Noto como mi mente poco a poco desconecta, haciendo balance del día que prácticamente ha terminado y trayéndome recuerdos, ideas, nuevos planes, y con ellos un sinfín de sensaciones. En general siempre elijo un tema que me sé de memoria, del que ya ni siquiera necesito escuchar la letra porque la tengo tan interiorizada que la canción habla por sí misma, e incluso de mi misma. La canción ya es mía y de mis recuerdos. Podría decir que mi vida tiene una banda ...

El perro de mi infancia

Imagen
Aquel día tenía más ganas de llegar a casa que de costumbre, pues según me habían dicho al salir del colegio, al cruzar la puerta me encontraría con una sorpresa: un nuevo miembro de la familia. En realidad, no era el primer perro que entraba a formar parte de mi corta vida, pues ya teníamos una perrita recogida de la calle y, con anterioridad,   habíamos tenido un cachorro precioso que no contaba ni cuatro meses de edad cuando una enfermedad se lo llevó por delante. Por ello, esta era una nueva oportunidad para una, ya por aquel entonces, amante de los animales, además de hija única, de tener un compañero de juegos. Recuerdo como si fuera ahora la emoción con la que recorrí el camino a casa; era un sentimiento puro e imperturbable, pues como todo niño, cualquier preocupación mundana me era completamente ajena. Llegaría a casa y allí estaría mi nuevo amigo; eso era todo lo que ocupaba mi mente, y nada ni nadie podían estropearlo. Entré en el salón tan rápido como pude y por fin ...

Si la cosa funciona

Imagen
Los seres humanos somos seres contradictorios, entre otras muchas cualidades que nos “adornan”. Lo digo porque a pesar de que tenía un tema bien pensado para mi próxima entrada, me sumerjo en mi blog hoy con el afán de escribir sobre otra cosa completamente distinta. Lo cierto es que dicha idea primigenia, sobre la que creo que tendré la ocasión de escribir más adelante, requiere un cierto trabajo de documentación en el que aún me encuentro inmersa. Aún así, aunque la información estuviera ya bien asimilada no habría abordado en este preciso instante un tema como ese. Hoy es una de esas noches en las que uno quiere decir muchas cosas, cosas sobre las que no hace falta documentarse, porque son al final parte de nuestra propia vida.  A decir verdad hoy he tenido un día como cualquier otro. Un martes que se ha esfumado ante mis ojos como lo hacen el resto de días de la semana, y a pesar de ser tan plenamente consciente de la fugacidad con la que pasa el tiempo, ya de buena mañana me...

El bolso de Mary Poppins

Con una mezcla de emoción y miedo me dispongo a inaugurar mi blog. Siempre me ha gustado escribir y mi espíritu crítico es lo que en un mayor número de ocasiones me ha empujado a hacerlo. La idea de convertir la escritura en una tarea un poco más seria y regular es lo que en realidad me hizo sumergirme en este pequeño proyecto. Como toda idea, estaba mucho más clara en mi mente que ahora que me dispongo a materializarla. La verdad es que las preguntas aún golpean mi cabeza ¿Cómo llamo a mi blog? ¿Qué temas voy a tratar? ¿Voy a tratar sobre un tema en concreto? ¿Qué cosas me gustan? Con todas estas dudas sin resolver he decidido lanzarme a la piscina, y en medio de este caos creo que lo más coherente es empezar explicando por qué el blog lleva por título "Los lugares de mi memoria". Lo cierto es que la frase me transmite un sentimiento de nostalgia, y aunque es un sentimiento triste siempre me ha gustado, pues creo que ese tipo de sensaciones sacan lo mejor de uno mismo a l...