Al mal tiempo, buena música
Pocas sensaciones me gustan más que
escuchar música y sentir como se me eriza cada pelo de los brazos. Aunque
siempre me ha gustado mucho disfrutar en soledad de un buen tema, desde que
vivo lejos de casa se ha convertido en mi pan de cada día. Llego de trabajar,
enciendo el portátil, elijo la canción, me desplomo en la cama sin tan siquiera
descalzarme y cierro los ojos. El siguiente paso es el de estirar los brazos y
buscar con mis manos una compañía perruna inexistente que me hace sentir
triste. Me resigno y le doy al play.
Noto como mi mente poco a poco desconecta, haciendo balance del día que
prácticamente ha terminado y trayéndome recuerdos, ideas, nuevos planes, y con
ellos un sinfín de sensaciones. En general siempre elijo un tema que me sé de
memoria, del que ya ni siquiera necesito escuchar la letra porque la tengo tan
interiorizada que la canción habla por sí misma, e incluso de mi misma. La
canción ya es mía y de mis recuerdos.
Podría decir que mi vida tiene una
banda sonora, pues solo con el sentido del oído y completamente a ciegas soy
capaz de viajar a cualquier lugar y momento de mi pasado. Qué ratos tan bonitos
algunos, y que tristes otros. Hay canciones que no he podido volver a escuchar, porque si lo hago el llanto está asegurado. Es absolutamente maravilloso lo que
la música produce en nuestra mente. ¿Alguien se ha imaginado una película de
miedo sin música? No sería efectiva en ningún caso. Y no sólo el género de
terror. Me atrevería a decir que el cine sería completamente ineficaz en su
propósito de trasladar al espectador a esa realidad irreal y por lo tanto
habría fracasado como gran invento del siglo XX y séptimo arte.
Otro asunto que me resulta paradójico
es como algunas grandes voces no transmiten nada y otras voces mediocres,
incluso malas, pueden llegar a erizarte hasta la piel de la espalda y la
cabeza. Yo soy muy de cantautores, y en general ninguno suele tener una gran
voz, pero no les hace falta, porque con la magia de las palabras y una buena
base instrumental tienen más que suficiente.
Yo no podría vivir sin música. Bueno,
quizá pudiera, pero no querría. No podría sobrellevar un día de tristeza
profunda como el de hoy. Pero a los malos momentos, buena música.
Ojos cansados de mirar tras
los cristales,
no queda noche para más que un último baile.
Me encanta Bego.Deberias escribir con más frecuencia.
ResponderEliminarMe gusta,la musica amansa a las fieras y a los corazones mas duros,pero un esceso de sensibilidad tambien nos puede derrotar, pero prefiero personas sensibles, que sientan,que se emocionen y que emocionen ,que amen.
ResponderEliminarSin duda tu consigues despertar todas esas sensaciones, no cambies solo "vive".