Las mujeres y nuestros mundos deslumbrantes

"Voy a hacer una casa-mujer. Tendrá un interior y un exterior, de forma que podamos caminar dentro y fuera de ella. La estoy dibujando. Dibujándola y pensando en su forma. Tiene que ser grande y tiene que ser una mujer difícil, pero no tiene que ser un horror de la naturaleza ni una criatura fantástica con una vagina dentada. No puede ser una monstruosidad típica de Picasso o de De Kooning, tampoco una Virgen María. Ni una cosa ni la otra para esta mujer. No. Tiene que ser auténtica. Todo en ella debe ser importante. Y habrá personajes dentro de su cabeza, hombrecitos y mujercitas inmersos en diferentes actividades. Unos escribiendo, otros cantando, tocando instrumentos, bailando o leyendo largos discursos que nos produzcan sueño a todos. Quiero que sea mi Lady Contemplación en honor de Margaret Cavendish, duquesa de Newcastle, aquella monstruosidad del siglo XVII: una mujer intelectual. Autora de obras de teatro, novelas, poesía, cartas, filosofía natural y de una obra de ficción utópica, Un mundo deslumbrante. Llamaré a mi mujer Un mundo deslumbrante por la duquesa. Anticartesiana, antiatomista con el paso del tiempo, antihobbesiana, una monárquica exiliada en Francia, pero era una monista acérrima y una materialista que no quería, no podía, dejar a Dios totalmente fuera. Sus ideas coinciden con las de Leibniz. ¿Habrá conocido mi padre a Cavendish y las coincidencias que ella tenía con su héroe Leibniz?
[...]
¿No es eso lo que yo quiero? Mirad mi obra. Mirad y ved.
¿Cómo vivir? ¿Una vida en el mundo o un mundo en la cabeza? ¿Ser vista y reconocida en mi exterior o esconderme y pensar en mi interior? ¿Actor o eremita? ¿Cuál de los dos? Ella quería ser ambos: estar dentro y fuera, reflexionar y saltar. Era de una timidez enfermiza y sufría melancolía, eso lentificaba su andar. Alardeaba. Adoraba a su marido. Unos pocos sabios la llamaron genio.
Yo soy una ópera. Una revuelta. ¡Una amenaza! Soy Margarita la Loca; Harriet, la Sombrerera Loca, una anomalía horrible que vive en el Hotel de los Corazones Rotos, cerca del Sunny's Bar, junto al río, en Brooklyn, con gente que parece salida de un cómic. Bruno dice que en el barrio algunos me llaman la Bruja. Vale, lo acepto. Acepto el hechizo de la magia y el poder de la noche, que es procreadora, fértil y húmeda. ¿No es allí donde residen sus miedos? ¿No dan a luz las mujeres? ¿No parimos a esos bebés berreones, los traemos al mundo, los amamantamos y les cantamos? ¿No somos las hacedoras y las que movemos los hilos de generaciones?
El diminuto Gulliver en Brobdingnag alza los ojos hacia la enfermera gigante que le da el pecho al bebé. ‹‹Nada me causó peor impresión que ver aquel pecho monstruoso. Su tamaño era alarmante y podía distinguir todas las imperfecciones de su piel››. Una combinación swiftiana de microscopio y misoginia. Pero, ¿no parecen todos los bebés enanitos mientras les dan el pecho?
‹‹El huía de mí››, dijo mi madre.



Quiero deslumbrar y hacer ruido y rugir.
Quiero esconderme y llorar y abrazarme a mi madre.
Pero eso nos pasa a todos".

Pasadas muchas hojas de la mitad de la novela, nos vemos sumergidos en este capítulo de El mundo deslumbrante, de Siri Hustvedt, donde nos presenta otro mundo y otra vida "deslumbrante" que no es la suya ni la de su exquisita prosa. Se trata de la duquesa de Newcastle, Margaret Cavendish (1623-1673), quien fue conocida como "Mad Madge", o lo que es lo mismo, "Margarita la Loca". Descrita como mujer excéntrica que a veces se vestía de hombre, como la propia Hustvedt nos cuenta, seguramente fue el único modo que la duquesa encontró para huir del mundo preparado e impuesto, desde el mismo nacimiento, a las mujeres. Interesada por casi todas las áreas del conocimiento, llegó a ser una prolífica escritora que en 1666 (reimp. 1668) publicó La descripción de un nuevo mundo, llamado el mundo deslumbrante, obra a medio camino entre la utopía y la ciencia ficción.





Así, tomando Siri Hustvedt el título de la obra de Cavendish para su novela, y sin saber si la primera inspiración para la misma procede directamente de la vida y la obra de la duquesa, Hustvedt nos ofrece un relato plagado de vidas de mujeres (y también hombres) intelectuales, en el que la realidad y la ficción se mezclan. Con un hilo conductor claro, que es el de la dicotomía de género y los papeles que ésta nos asigna de manera preconcebida, Hustvedt nos engancha por completo con la historia de su personaje, Harriet Burden, una artista plástica y una gran mujer en el más amplio de los sentidos. Casada con un reconocido marchante de arte, Félix Lord, Harry se ve atrapada a su muerte en una profunda tristeza, y también en una dilatada sombra que aún menos la dejó de envolver y de ocultar con su fallecimiento. Es así como emprende su nuevo proyecto, en el que decide econderse tras los nombres de artistas masculinos, pero no al modo de los heterónimos de Pessoa, sino que se oculta detrás de artistas masculinos de carne y hueso que presentarán la obra de Harry como suya propia. 
Harriet Burden, mujer de una cultura amplísima y sin duda una de las figuras de la intelectualidad neoyorquina del momento, se nos va descubriendo poco a poco a través de sus diarios, con sus pensamientos más íntimos y sus opiniones sobre el mundo, ese mundo que nos relega a un segundo plano y que nos empuja a la necesidad de este tipo de experimientos que dejan bien a las claras que bajo una máscara masculina, propia o prestada, el mundo es más sencillo y más benevolente. Esa idea la atormentaba. Por eso quería llevar a término su experimento artístico cuanto antes. 
También podemos preguntarnos cuánto hay de Siri Hustvedt en Harriet Burden. Me imagino que, como todo escritor, sus personajes, y sobre todo los principales, tienen que llevar impresa su huella. Siri Hustvedt, americana de padres noruegos, es sin duda un referente del mundo intelectual americano y una escritora brillante y prolífica. Casada con el también escritor e intelectual Paul Auster, seguramente haya podido conocer de primera mano las diferencias entre llevar una máscara femenina y una máscara masculina.



En su última novela recientemente publicada, Recuerdos del futuro, uno de los personajes dice al otro:
"Remember this: the world loves powerful men and hates powerful women. I know. Believe me, I know. The world will punish you, but you must hold fast" (Recuerda esto: el mundo ama a los hombres poderosos y odia a las mujeres poderosas. Lo sé. Créeme. Lo sé. El mundo te castigará, pero debes mantenerte fuerte).
 
En esta reciente entrevista para The Guardian (3 de marzo de 2019), Siri Hustvedt nos habla de ella y de su última novela: https://www.theguardian.com/books/2019/mar/03/siri-hustvedt-i-am-writing-for-my-life-memories-of-the-future-interview
 

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